"LA CONQUISTA DEL TEMPLO" de Jacobo Grinberg-Zylberbaum

 

"LA CONQUISTA DEL TEMPLO"
Jacobo Grinberg-Zylberbaum
 
Un campo neuronal surge de la interacción de todas las neuronas de una persona. Basándome en el concepto de hiperneurona de Roy empecé a sospechar la existencia de una interacción entre el campo neuronal y el espacio como paso necesario para la aparición de imágenes visuales. 
 
Siendo congruente con el hecho de que existen diversos niveles de realidad, lo cual explica las curaciones de Pachita. Mi teoría sintérgica afirma que la experiencia que resulta de la interacción del campo neuronal y la lattice del espacio-tiempo, había terminado por destruir la dicotomía externo-interno. Sin quererlo y como resultado de un proceso dialéctico ejemplar, la balanza se había dirigido hacia la unificación como algo más amplio e interesante. Algo sabía en mí acercad la vastedad de la realidad y del peligro de negarla defendiendo cualquier posición interna exagerada o externa concreta. 
 
Sin embargo, lo importante no era lo externo o lo interno sino la capacidad de estar en contacto con el testigo de ambos; mi verdadera naturaleza que trasciende al mundo de los objetos, a los pensamientos y a cualquier proceso abstracto. Lo que sentía como inmediato era la experiencia de vivir constantemente en una especie de “océano” invisible en el cual se inscribían las emociones y los pensamientos no manifestados de los otros. 
 
A este océano lo llamé hipercampo. Para Don Juan, la conciencia existía en las emanaciones mismas por lo que su alineación sólo servía para enfocar una especie de conciencia preexistente e inmanente en todo. La conciencia existía antes de la materia, y la interacción entre el campo neuronal y la lattice lo que cabía activar un patrón consciente de complejidad externa. Por tanto el procesador central (el Observador) no era necesario. 
 
Doña María Matus y Don Panchito afirmaban que todo era conciencia pero era Dios el que la otorgaba. Por lo tanto, el hipercampo también era una conciencia pero aún más compleja que cualquier campo neuronal individual. Este hipercampo debía tener una dirección de desarrollo y un modulador, lo denominé “atractor extraño del futuro ideal del hipercampo”. 
 
El atractor extraño de un campo neuronal individual es el jugador maestro de su tema principal. El atractor extraño del hipercampo es su futuro ideal, lo que dirige el cumplimiento de una etapa de su ordenamiento y desarrollo. (p.155) De la misma forma que no existe el azar en el desarrollo de una vida humana, tampoco lo existe para la evolución del hipercampo. 
 
Siento que se libra una batalla que provocará mayores o menores sufrimientos dependiendo de nuestra capacidad para entender nuestro destino y la dirección hacia la cual debamos enfocar nuestros esfuerzos. Si esa dirección corresponde con el atractor extraño del futuro ideal del hipercampo, recibiremos toda clase de ayuda del mismo y fluiremos sin obstáculos hacia lo que somos en realidad. Si no corresponde, tendremos que sufrir tantas repeticiones neuróticas de falsas identidades hasta ser capaces de trascenderlas y encontrarnos a nosotros mismos en lo que verdaderamente somos. 
 
Pero aún si no somos capaces de comprender lo que sucede, el proceso de transformación ya fue iniciado. (pp. 156-157) Cuando nace un bebé, los padres del mismo y la sociedad se encargan de fijar la posición de su realidad. Según la nomenclatura de Don Juan, fijan la posición de su punto de encaje. A partir de ese momento, la posibilidad de experimentar otras realidades se restringe y acaba por bloquearse. Por eso es necesario buscar acontecimientos que transformen o muevan los cimientos que rompan las defensas para permitir el movimiento y la experiencia de otras realidades, y si esto no se aprovecha, si se niega o no se reconoce entonces el movimiento del punto de encaje se revierte y retorna a su posición original. (pp. 141-142) Para Carlos Castaneda existe una energía interna y una externa. 
 
La interna estaba formada por bandas de emanaciones que cuando se alineaban con la externa, también formada por bandas, producían la percepción. Esto es muy parecido a mi teoría, aunque con otra terminología. Castaneda continuó diciendo que la alineación se modula a partir de un mecanismo de enfoque llamado Punto de encaje, el cual puede variar de posición y con ella alinear diferentes bandas de emanaciones. Cada posición produce un distinto mundo perceptual; una diferente realidad. El factor de direccionalidad postulado por mi teoría es un modulador de la localización de la presencia consciente yoica dentro del patrón de interferencia en el interior de la lattice. 
 
Sus cambios de posición permiten al Observador aparecer dentro o fuera del cuerpo. Su postulación se derivaba de la capacidad chamánica de viajar fuera del cuerpo y hacer localizar la conciencia en diferentes lugares a voluntad. En cambio, el Punto de Encaje de Castaneda parecía corresponder al cerebro en sí, el que alterando su actividad afectaba al campo neuronal y por lo tanto al patrón de interferencia resultante de su interacción con la lattice. Haciendo referencia a la conciencia de diferentes realidades que asumía la actividad cerebral. 
 
Además, según Castaneda, el Punto de Encaje se localiza en una parte del cuerpo. El objetivo de las enseñanzas de Don Juan era mover el punto de encaje de su posición fija para lograr tener acceso a otras realidades. Después, el logro del enfoque simultáneo del punto de encaje en todas sus posibles posiciones hacía que quien lo lograra desapareciera de este mundo con la conciencia intacta alcanzando así la libertad total. 
 
Esa activación era lo que Castaneda llama el fuego interno. Por otra parte, el “Intento” es el comando por detrás de las diferentes posiciones del punto de encaje; es la fuerza que mantiene al universo y la que sostiene nuestra percepción. Comprendí que Pachita había gozado de un contacto directo con el Intento. Y el Intento es lo que yo llamo el Observador, y otros llaman Dios.

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